La noche del jueves quedó marcada por una trag3d1a que ha desgarrado a una familia y a toda una comunidad.
Mesa de Redacción
Houston, Texas.- La noche del jueves quedó marcada por una trag3d1a que ha desgarrado a una familia y a toda una comunidad.
Yaddua “Aless” Barraza, de 40 años, fue as3s1nad0 dentro de su propio negocio de tacos, el mismo lugar donde pasaba cada día trabajando sin descanso para sacar adelante a los suyos.
Según las autoridades, Aless estaba cerrando su camioncito de comida en el área de Aldine, en #Houston, cuando hombres enmascarados irrumpieron y le d1sp4rar0n en múltiples ocasiones.
El camión de tacos era un sueño construido junto a su esposa: un proyecto nacido del esfuerzo, el amor y la esperanza de darle un mejor futuro a sus hijos.
Al notar que Aless no regresaba a casa, su familia decidió salir a buscarlo, sólo para encontrarse con una escena devastadora que cambió sus v1d4s para siempre. Allí, en el lugar que él había levantado con tanto sacrificio, yacía sin v1d4 un hombre cuyo único propósito era trabajar honradamente y cuidar de los suyos.
Las autoridades investigan si se trató de un r0b0 o un at4qu3 dirigido, mientras la comunidad exige justicia.
Yaddua Aless era mucho más que un padre y un esposo: era un hombre devoto, alegre, apasionado por la cocina, que ponía el corazón en cada taco que preparaba. Sus hijos eran su mundo; su familia, su motor. Hoy, quienes lo conocieron lloran no sólo su partida, sino la luz que se apagó con él.
Su ausencia deja un vacío imposible de llenar.
Yaddua “Aless” Barraza, de 40 años, fue as3s1nad0 dentro de su propio negocio de tacos, el mismo lugar donde pasaba cada día trabajando sin descanso para sacar adelante a los suyos.
Según las autoridades, Aless estaba cerrando su camioncito de comida en el área de Aldine, en #Houston, cuando hombres enmascarados irrumpieron y le d1sp4rar0n en múltiples ocasiones.
El camión de tacos era un sueño construido junto a su esposa: un proyecto nacido del esfuerzo, el amor y la esperanza de darle un mejor futuro a sus hijos.
Al notar que Aless no regresaba a casa, su familia decidió salir a buscarlo, sólo para encontrarse con una escena devastadora que cambió sus v1d4s para siempre. Allí, en el lugar que él había levantado con tanto sacrificio, yacía sin v1d4 un hombre cuyo único propósito era trabajar honradamente y cuidar de los suyos.
Las autoridades investigan si se trató de un r0b0 o un at4qu3 dirigido, mientras la comunidad exige justicia.
Yaddua Aless era mucho más que un padre y un esposo: era un hombre devoto, alegre, apasionado por la cocina, que ponía el corazón en cada taco que preparaba. Sus hijos eran su mundo; su familia, su motor. Hoy, quienes lo conocieron lloran no sólo su partida, sino la luz que se apagó con él.
Su ausencia deja un vacío imposible de llenar.
