La mañana de este miércoles, don Enrique Cantú tuvo su último recorrido antes de ser llevado a su morada final.
Mesa de Redacción
Río Bravo, Tamaulipas.- La mañana de este miércoles, don Enrique Cantú tuvo su último recorrido antes de ser llevado a su morada final.
En un gesto profundamente emotivo, chóferes se sumaron al homenaje y, a bordo de sus tráilers, acompañaron el féretro mientras avanzaba lentamente por la avenida Madero.
Las bocinas resonaron con respeto y cariño, no como un ruido, sino como un adiós colectivo para un hombre que dedicó su vida al camino, al trabajo y a sus compañeros de oficio. Cada tráiler que se unió a la caravana llevó consigo una historia compartida, un recuerdo, una gratitud silenciosa.
El paso de la comitiva no sólo marcó el final del viaje de don Enrique, sino también el reconocimiento de una comunidad, honrando el legado de un hombre que encontró en el volante no sólo su trabajo, sino su pasión y su vida entera.
En un gesto profundamente emotivo, chóferes se sumaron al homenaje y, a bordo de sus tráilers, acompañaron el féretro mientras avanzaba lentamente por la avenida Madero.
Las bocinas resonaron con respeto y cariño, no como un ruido, sino como un adiós colectivo para un hombre que dedicó su vida al camino, al trabajo y a sus compañeros de oficio. Cada tráiler que se unió a la caravana llevó consigo una historia compartida, un recuerdo, una gratitud silenciosa.
El paso de la comitiva no sólo marcó el final del viaje de don Enrique, sino también el reconocimiento de una comunidad, honrando el legado de un hombre que encontró en el volante no sólo su trabajo, sino su pasión y su vida entera.
